[English]
Por Wil LaVeist
Fort Myers, Florida (Red Menonita de Misión/Iglesia Menonita de EE. UU./Agencia Menonita de Educación) — Es obvio que un líder que tiene poder podría abusar de este en el trabajo, la escuela o la iglesia. Lo que no es tan obvio es que cualquier persona puede tener poder para generar un cambio y sin embargo no se dan cuenta.
Entender cómo funciona el poder en las instituciones menonitas fue el tema de “Esperanza para el Futuro IV”, que tuvo lugar del 23 al 24 de enero del 2015 en la Iglesia Menonita Arca de Salvación de Fort Myers, Florida.
Los planificadores expresaron su apreciación a todas las instituciones por su compromiso y apoyo. Everence, el Centro para la Educación Intercultural e Internacional de Goshen College (Indiana), el Comité Central Menonita de EE.UU., la Iglesia Menonita de EE. UU., la Agencia Menonita de Educación y la Red Menonita de Misión auspician el evento, que convoca en particular a gente de color que ocupa puestos de liderazgo en la iglesia. Los participantes trabajan de manera conjunta para abordar el racismo con el fin de ayudar a la iglesia menonita a abrazar la diversidad, de modo que pueda progresar en medio de los cambios demográficos raciales y étnicos que se están dando en toda la iglesia.
El de este año fue el más grande de los tres encuentros anuales previos, con más de 100 participantes. El evento invitó también por primera vez a jóvenes adultos latinos, negros, americanos indígenas y asiáticos de todos los colegios y universidades menonitas, con el fin de empoderarlos para que sean agentes de cambios positivos. Participaron catorce estudiantes de Hesston College (Kansas), Goshen College e Eastern Mennonite University de Harrisonburg, Virginia.
“Muchos de estos adultos jóvenes van a ser líderes de la iglesia”, dijo Iris de León-Hartshorn, coordinadora líder de Esperanza para el Futuro y directora de trabajo transformador por la paz de la Iglesia Menonita de EE. UU. “Si estos adultos jóvenes pueden empezar ahora a entender cómo funciona el poder en la iglesia, llevarán la delantera al momento de comenzar a trabajar para la iglesia y tendrán antes una influencia mucho mayor en ella”.
Christian Parks, estudiante de último año en Eastern Mennonite University, expresó su entusiasmo por “sentarse con gente que ha estado donde yo intento ir” y aprender de ella. Parks dijo que como menonita afroamericano de Filadelfia de la primera generación disfrutó mucho estar junto a otras personas de color, ya que la experiencia de lidiar con el aislamiento racial ha sido común en la iglesia.
“Han cometido errores y han dado pasos grandes. ¿Qué implica que ellos sean mi Elías, que me siente con ellos y les diga ‘Quiero su bendición y quiero doble porción’?”, dijo Parks.
Entre los 26 participantes blancos del encuentro hubo líderes clave de instituciones menonitas, incluyendo a todas las agencias de la Iglesia Menonita de EE. UU. Loren Swartzendruber, presidente de Eastern Mennonite University, dijo que no pudo asistir en el 2014, cuando invitaron a blancos al encuentro por primera vez.
“Oí cosas positivas del informe del año pasado, y por eso tenía muchas ganas de estar ahí”, dijo Swartzendruber. “Ha sido una gran experiencia”.
El encuentro consistió principalmente de sesiones de trabajo estructuradas. También hubo momentos para compartir de modo informal durante las noches de karaoke y bolos, y los recesos de las comidas, en las que los participantes comieron deliciosos platos típicos latinos preparados por el personal de la Iglesia Menonita Arca de Salvación. Concluyeron con un resumen de lo aprendido a lo largo del fin de semana y con recomendaciones preliminares de aquello sobre lo que debería enfocarse el encuentro del próximo año.
Explorar el poder
Los participantes se reunieron primero en salas distintas para comisiones de grupos pequeños de gente de color, blancos y estudiantes de universidad. Las comisiones permitían charlas seguras y sin filtros sobre el racismo, sus efectos y su influencia en las esperanzas y los temores respecto al cambio. Allí revisaron y debatieron la evolución de los esfuerzos por la reconciliación racial en la Iglesia Menonita que en el 2011 impulsaron el lanzamiento de Esperanza para el Futuro. Luego los participantes pasaron a una sala grande y se dividieron en grupos mezclados de debate de seis integrantes. Allí analizaron estudios de caso sobre cómo se usa o abusa del poder de acuerdo a los estereotipos y percepciones raciales, étnicos y de género. Los participantes debatieron sobre escenarios de situaciones que ocurren a menudo en la vida real.
Por ejemplo, ¿qué pasa si acusan individualmente a un empleado blanco y a un empleado negro del mismo delito en el trabajo pero los tratan de forma distinta? Su supervisor blanco parece estar más dispuesto a darle al empleado blanco el beneficio de la duda. ¿Por qué? El poder no reside únicamente en la posición autoritativa del supervisor, sino también en las percepciones que se basan en la raza y la cultura.
El poder puede ser oculto. Una persona que no tiene un cargo oficial en una congregación podría aun influir en las decisiones debido tal vez a su riqueza financiera. El público podría percibir que las decisiones fueron tomadas por el consenso de una mayoría, cuando en realidad se tomaron luego de una reunión privada.
El poder también puede ser visible, pero no siempre claro. Un profesor del seminario podría hacerle un comentario culturalmente ofensivo a un alumno sin darse cuenta, y este podría sentirse incapaz de tratarlo. Es lo que tal vez le ocurriría a un estudiante asiático, en cuya cultura de origen no está bien visto cuestionar la autoridad. El alumno podría sentirse menos frustrado luego de darse cuenta de que tenía el poder para hablarle al profesor directamente y que el comentario fue un error cometido sin mala intención.
Los grupos de debate emplearon la herramienta de análisis Power Cube, que ayuda a los usuarios a establecer dónde está el poder realmente en una situación dada y cómo puede compartirse.
“El desafío de comprender la diferencia entre el poder que reside en una posición y el poder que reside en una relación fue importante”, dijo Swartzendruber. “Arreglar todo eso es complejo. Es una cuestión intercultural, pero es aún más que eso. Es el lenguaje. Cómo entendemos el lenguaje existente entre los grupos culturales es importante”.
“Los planificadores esperaban poder crear un espacio para tener conversaciones abiertas y sinceras sobre el poder, un área de la que muchas veces ni siquiera hablamos o no queremos abordar en la iglesia”, dijo Carlos Romero, director ejecutivo de la Agencia Menonita de Educación y uno de los planificadores del encuentro. “No sé de ningún otro lugar dentro de la denominación donde hayamos tenido conversaciones tan abiertas y sinceras sobre el poder como las de esta conferencia”.
Aceptación cultural
Otro tema intercultural complejo que surgió a menudo durante las discusiones informales en los pasillos y en los recesos para comer fue la creencia de muchas personas de color de que la “aceptación cultural” significa en realidad que la gente de color debe aprender la cultura de los blancos, pero que los blancos no creen que deben corresponder a ello. Una consecuencia de esto es la distinción percibida entre “la cultura menonita” y “la teología anabautista”.
Las personas de color tienden a identificarse más como anabautistas que como menonitas. El crecimiento de las iglesias menonitas se está dando más entre la gente de color en África y América del Sur, mientras que disminuye entre los blancos en Europa y América del Norte. Al identificarse con la persecución y la marginalización que soportaron los primeros menonitas en Europa durante el siglo 16, la mayoría de la gente de color se siente atraída a la iglesia moderna por su énfasis anabautista en seguir el camino de la paz y la justicia de Jesús. Por ejemplo, muchos afroamericanos coinciden en que el anabautismo encaja perfectamente con la tradición de acción directa y resistencia no violenta del movimiento por los derechos civiles.
Las personas de color desean expresar la teología anabautista dentro de sus propios contextos culturales y experimentar otras culturas en los mismos términos. Muchas de ellas consideran que ser “menonita” es una expresión cultural de los blancos de herencia alemana de Suiza y rusa que pueden celebrar, pero a la cual no deberían amoldarlos. Esta tensión emerge a menudo durante los cultos de adoración, en los que la música ilustra la particular e íntima expresión cultural de un pueblo. Los menonitas son famosos por los himnos a cuatro voces a capela en inglés o alemán. En contraste, la Iglesia Menonita Arca de Salvación, por ejemplo, utiliza música latina y rock fundida mediante múltiples instrumentos, incluyendo batería. Mediante sus cantos contemporáneos alaban a Dios en español y en inglés.
Contratar ‘candidatos de color’
Esta complejidad cultural emerge también al momento de contratar personas para trabajar en instituciones menonitas. Algunos integrantes de un panel de discusión con representantes de recursos humanos de la Red Menonita de Misión, Everence, Goshen College, el Comité Central Menonita de EE. UU., Mennonite Health Services, MennoMedia y Hesston College se sintieron visiblemente incómodos cuando sus esfuerzos de acercamiento a los candidatos fueron criticados. Si bien los empleos se anuncian en sitios web institucionales, muchas contrataciones ocurren mediante las redes de contacto y las recomendaciones de boca a boca hechas por personas que están dentro de la institución y que por lo general son blancas.
Al unirse al redil nuevas congregaciones que son predominantemente de personas de color, las mismas traen empleados potenciales para las instituciones menonitas. Sin embargo, los representantes de recursos humanos expresaron que adaptar sus esfuerzos de reclutamiento de modo que alcanzaran a estos “candidatos de color” potenciales les resultó un gran desafío. Le pidieron ayuda al público para encarar la comunicación con estas congregaciones nuevas, donde la persona adecuada a contactar o el método de comunicación ideal podría diferir del de otras iglesias más establecidas.
Antes y después de las sesiones de trabajo, los participantes también adoraron juntos.
Drew Hart, estudiante de doctorado del Lutheran Theological Seminary de Filadelfia, dio un sermón sobre “unidad radical”, desafiando a los cristianos blancos a acoger a la gente de color como hermanos y hermanas en igualdad de condiciones, en lugar de requerirles que se adapten a una visión occidental y blanca de Jesús.
Gilberto Pérez, Jr., director superior de desarrollo intercultural de Goshen College, alentó al grupo a ser “gente de la brecha”, individuos que por propia voluntad llevan el amor de Dios a aquellos que están sufriendo. Sue Park-Hur, codirectora de ReconciliAsian, dio el sermón de cierre del culto del domingo sobre el tema “Ver en la luz”. Entre sus argumentos, Park-Hur dijo que el discipulado es pasar de “mirar a ver”. Jesús nos pone en libertad, nos libera y nos ayuda a ver el valor y la belleza de las personas que Dios ha creado.
###
Este es un comunicado de prensa conjunto de la Red Menonita de Misión, la Iglesia Menonita de EE. UU. y la Agencia Menonita de Educación.
Traducción: Alex Naula, Zulma Prieto
Imagen disponible:
Michelle Armster, directora ejecutiva interina del Comité Central Menonita de Central States, ora por Sue Park-Hur, quien predicó el sermón de cierre del domingo en Esperanza para el Futuro. (Foto de Andrew Bodden) Descargar imagen en resolución completa.