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Filipenses 3.20 RV1960
Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor, Jesucristo;
Al contemplar el ciclo infinito del noticiero, las elecciones presidenciales 2024 siguen dominando las noticias. Para casi la mitad de nuestra nación, este momento particular significa mucha ansiedad, temor y una sensación de falta de esperanza. Para otros y otras, existe una sensación renovada de orden, empoderamiento y esperanza. Sin embargo, ¿dónde nos deja eso a nosotros y nosotras como pueblo de Dios, como anabautistas, como miembros de la Iglesia Menonita de EE. UU. (MC USA, por sus siglas en inglés)?
Nuestra esperanza ha estado puesta siempre en Cristo. Como escribió el autor de este himno (VT621):
Sólo en Jesús esperaré
en su sangre y bondad me sostendré
Ni en la más dulce propuesta confiaré
sino que en el nombre de Jesús me apoyaré
En Cristo, la roca, me apoyaré
En otro suelo no confiaré
En otro suelo no confiaré
El algoritmo moderno ha hecho que para los cristianos sea demasiado simple convertirse en nacionalistas y víctimas a la vez, apoyándose en la inestabilidad de nuestra propio entendimiento en lugar de sostenernos en el fundamento de la palabra de Dios. Es fácil sentirnos temerosos y dolidos en lugar de enfocarnos en nuestro llamado colectivo.
Filipenses 4.8 RV1960
Por lo demás, Hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre, si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.
Como anabautistas, nuestra historia nos recuerda que somos llamados a vivir como ciudadanos del reino de Dios, a encarnar las enseñanzas de Cristo en un mundo marcado a menudo por la división y la discordia. En tiempos de revueltas politicas y sociales, nuestros ancestros y ancestras eligieron mantenerse apartados/as de los poderes de este mundo, alineándose en cambio con la vida de Jesús y sus valores.
La guerra de los campesinos alemanes del siglo XVI nos sirve como recordatorio de este hecho. Cuando los ideales anabautistas inspiraban el llamado a la justicia y la equidad, la mayoría de los/as anabuatistas se mantuvieron comprometidos/as con el pacifismo negándose a tomar las armas y eligieron en su lugar dar testimonio del reino pacífico de Dios. Este compromiso con la no violencia y la fidelidad ante la persecución ayudó a moldear su identidad y permanece como parte de nuestro legado en la actualidad.
Al navegar las complejidades de nuestro tiempo, anhelo que podamos recordar que nuestra esperanza no se funda en los sistemas terrenales sino solo en Cristo. Ruego que permanezcamos firmes sobre este fundamento, buscando la justicia, amando la misericordia y caminando con humildad con nuestro Dios. Nuestro llamado no es a conformar con los patrones de este mundo sino a ser transformados y transformadas para la renovación de nuestras mentes, sosteniendo firmemente aquello que es verdadero, honesto y justo.
Siendo líderes de MC USA, nos comprometemos a brindar recursos e información para ayudar a nuestras conferencias y congregaciones a caminar junto a quienes habitan los márgenes, tanto dentro como fuera de nuestra denominación. Nos comprometemos con la justicia, la equidad y el antirracismo. Rechazamos la violencia en todas sus formas.
Ruego que en estos tiempos inciertos, abracemos nuestra herencia anabautista y vivamos nuestra ciudadanía del cielo con coraje y fe, trabajando juntos/as y atravesando divisiones terrenales para traer la esperanza y la sanación de Dios a nuestras comunidades y al mundo.