De Elizabeth Soto Albrecht, moderadora, y Ervin Stutzman, director ejecutivo
Iglesia Menonita de EE. UU.
[English]
[Nota agregada el 22 de julio: Apreciamos que muchas personas escribieron para compartir sus perspectivas en respuesta a esta declaración. Reconocemos que nuestra meta de presentar la declaración quedó opacada en parte por los debates sobre el relato que ofrecimos acerca del caso en el primer párrafo. Hemos revisado este párrafo en respuesta a las preocupaciones y preguntas que surgieron. A la vez, en respuesta a las devoluciones que recibimos, le hemos agregado una oración al final de la declaración para invitar a la gente a orar por todas las personas involucradas en la tragedia y que se vieron afectadas por ella. Las revisiones aparecen abajo en rojo.
A la luz de estas revisiones, hemos decidido quitar todos los comentarios referidos a la primera declaración (incluyendo aquellos que se presentaron pero que no se publicaron) y en su lugar invitar a que se hagan comentarios sobre esta versión revisada.
Nuestro sitio web estará abierto para recibir nuevos comentarios hasta el viernes 26 de julio a las 5 p.m. (zona horaria del Este). Debido a los cronogramas del personal, no podremos moderar más comentarios luego de esta fecha. Gracias por su comprensión. —Equipo de Comunicación de la Iglesia Menonita de EE. UU.]
El 26 de febrero del 2012, en Sanford, Florida, George Zimmerman, un hombre de 28 años de edad, disparó y mató a Trayvon Martin, un joven afroamericano de 17 años que no portaba armas. El 13 de julio del 2013, un jurado declaró a Zimmerman inocente de todos los cargos.
Nos apena que se haya matado a una persona hermosa y joven, y lo lamentamos. Nos apena que el agresor pueda andar libremente sin recibir consecuencias legales por sus acciones y lo lamentamos. Nos apena el uso generalizado de armas en nuestra cultura y lo lamentamos. Nos apena que existan estos sistemas que describen a las personas según su raza y justifican el uso de la violencia para dirimir conflictos, y lo lamentamos. Nos apenan las profundas divisiones raciales presentes en nuestra sociedad e iglesias, que hacen que comprender la perspectiva del otro o siquiera escucharla sea tan difícil.
Nuestro país tiene un doloroso legado de racismo y opresión que ha marginado y deshumanizado a mucha gente. Los menonitas de Estados Unidos somos hermanos y hermanas de muchos trasfondos raciales y étnicos. Algunos nos parecemos más a los marginados: a Trayvon Martin y su familia, a los inmigrantes de muchas naciones, a los indígenas. Sentimos el dolor de la marginación constantemente: en el supermercado; en los aeropuertos; cuando hostigan a nuestros hijos por el color de su piel. A muchos nos consideran blancos. No nos someten a la descripción racial. No siempre hemos estado atentos a las experiencias de nuestros hermanos y hermanas de color ni nos hemos demostrado siempre solidaridad.
En respuesta a la bomba que estalló en la Iglesia Bautista de la Calle Dieciséis en Birmingham, Alabama, en 1963 y que mató a cuatro niñas afroamericanas, el reverendo Dr. Martin Luther King, Jr. dijo: “… no nos debe preocupar meramente quiénes las mataron, sino el sistema, la forma de vida, la filosofía que produjo a los asesinos”.
A la luz de estos acontecimientos y como iglesia comprometida con el evangelio de la paz y la reconciliación, volvemos a comprometernos con la prioridad de nuestra denominación de deshacer el racismo y avanzar hacia la transformación intercultural. En esta época, como pequeño paso inicial, invitamos especialmente a los miembros blancos de nuestras congregaciones a entablar conversaciones con al menos una persona de otro grupo racial o étnico sobre el veredicto que recibió Zimmerman y a escuchar profundamente para entender su perspectiva y su experiencia.
Tal como declara nuestra Plan con propósito, “como comunidades misionales buscamos desmantelar el racismo individual y sistémico en nuestra iglesia”. Consideramos que esto es tanto una cuestión de fidelidad a Jesús como una parte importante de nuestro testimonio en el mundo. La tarea no es fácil ni rápida, pero como seguidores de Jesús confiamos en que Dios está con nosotros. Invitamos y animamos a las congregaciones e individuos de la familia de la Iglesia Menonita de EE. UU. a seguir siendo parte de este camino de sanidad junto a nosotros. También invitamos a orar por la familia de Trayvon Martin, por George Zimmerman y su familia, y por todas las personas que resultaron afectadas por esta tragedia.
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Para continuar reflexionando y conversando sobre este tema, vea los siguientes blogs y artículos:
- “I am in mourning: a white woman’s response” (Estoy de luto: respuesta de una mujer blanca), columna de Mujeres en Liderazgo, de Laura Brenneman
- “On Trayvon Martin, Privilege and Race” (Sobre Trayvon Martin, el privilegio y la raza), en el blog de Hannah Heinzekehr, the femonite
- “Three things privileged Christians can learn from the Trayvon Martin case” (Tres cosas que los cristianos privilegiados pueden aprender del caso de Trayvon Martin), por Christena Cleveland en la edición de Christianity Today del 13 de julio de 2013
19 de julio del 2013 [revisado el 22 de julio del 2013]
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Traducción: Alex Naula