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Por personal de la Iglesia Menonita de EE. UU.
Los trabajadores por la paz son más necesarios en tiempos de incertidumbre, temor y polarización.
Los Estados Unidos han estado lidiando con los tres durante el año 2020, exacerbado por una pandemia y la urgencia que gira en torno a la elección presidencial.
Nadie sabe qué pasará, ni el día de elecciones, ni después. Las emociones intensificadas y la falta de confianza en el espectro político amplía con respecto a años anteriores las posibilidades de violencia extendida.
Como seguidores de Jesús, ¿qué hacemos en un tiempo como este?
Jesús dijo: “Bienaventurados los pacificadores, pues ellos serán llamados hijos de Dios”.
(Mateo 5.9)
Nuestra nación, nuestros estados, nuestras ciudades y hasta nuestras iglesias necesitan de personas que trabajen por la paz más que nunca durante las semanas y meses próximos. Los que trabajan por la paz no se esconden detrás del status quo, ignorando el incremento de violencia, mientras que agradecen a Dios por la propia seguridad. Los que trabajan por la paz se manifiestan valientemente en el amor y profundizan sus relaciones con aquellos que son más vulnerables a la violencia física y sistémica. Los que trabajan por la paz consideran la complejidad de la violencia — que sistemas estructurales de opresión ya están funcionando de maneras violentas. Los que trabajan por la paz buscan las raíces de la violencia y se unen a la labor de perseguir la justicia transformadora para todos.
El trabajo por la paz es lo que Jesús demostró a través de su vida, muerte y resurrección. Es aquello que los menonitas han declarado durante siglos y a menudo se han esforzado por encarnar. Ahora es el tiempo de ser valientes en nuestro trabajo por la paz. Dios no nos ha dado un espíritu de temor, sino de poder, y de amor y de domino propio (2Timoteo 1.7). Contamos con una comunidad de creyentes que nos rodea y las enseñanzas inalterables de Jesús para guiarnos al atravesar estos tiempos.
Durante este tiempo de incertidumbre:
- Hacemos un llamado a los oficiales de seguridad pública y del gobierno a cumplir su obligación de ofrecer protección y acceso al proceso de votación de manera equitativa para todos los votantes inscriptos.
- Oramos que todos los candidatos y ciudadanos honren el resultado de la(s) elección(es) y rechacen cualquier reacción violenta que pueda dañar a otros si los resultados fuesen controvertidas.
- Oramos que el Espíritu de Paz permanezca sobrevolando nuestra nación, trayendo una sensación de profunda fortaleza espiritual y sensatez durante este momento frágil.
Oramos que nuestras iglesias actúen como agentes de sanación a través del testimonio no violento y acciones tangibles de amor y servicio, aún hacia nuestros enemigos, encarnando nuestro llamado como pueblo de la paz de Dios.