por Adriana Celis
En la actualidad se escucha hablar del término “agresiones pasivas.” En podcasts especializados en el cuidado de la salud mental, en la radio, en la televisión, en las redes sociales y también en las conversaciones que mantenemos a diario hacemos referencia a ellas como experiencias propias o ajenas. Lo cierto es que las agresiones pasivas son una realidad latente tanto en lugares religiosos o no religiosos. Pareciera erróneo pensar que esto sucede a diario en nuestras comunidades de fe, en especial en comunidades anabautistas que se caracterizan por buscar y ejecutar la paz que dejó el Señor Jesucristo. Estas agresiones se expresan, como explica el Dr. Daniel K, Hall-Flavin, «en forma de indirectas que expresan sentimientos negativos en lugar de abordarlos de manera abierta»[1]. Entre las razones están los propios sentimientos que algunos pastores(as), líderes(as) y aun los feligreses lidian internamente y que es difícil de hablar; como son los miedos, las frustraciones, las envidias y hasta, por qué no decirlo, la ira reprimida por circunstancias que se dan en el diario vivir.
A todo esto apreciado lector preguntémonos: ¿Hemos agredido pasivamente a otra persona? ¿hemos sido víctimas de agresiones pasivas?, ¿por qué este patrón de conducta se repite una y otra vez aunque se ha hablado de él abiertamente?, ¿cómo podemos dentro de nuestras comunidades de fe cambiar este comportamiento para que nuestras iglesias crezcan saludables?
Agresiones pasivas en la casa de Dios
Empecemos por casa. La iglesia Menonita en sus diferentes ramificaciones ha buscado incansablemente ser fiel a los principios rectores del movimiento anabautista, el cual en resumidas cuentas, busca construir paz. Este verbo rector construir paz, no evoca una paz cualquiera, precisamente su complejidad yace porque es construir sobre algo ya construido.
La paz que el Señor Jesús tanto anhelo y estableció como una promesa de su inagotable e inmensurable amor y compasión es «mi paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da.» Juan 14-27 (Versión Reina Valera). Entonces, si el señor estableció una paz diferente a la del mundo actual ¿por qué las conductas pasivo agresivas destruyen esta paz?
Tal vez la respuesta a este interrogante no es tan sencilla de abordar porque existen raíces muy profundas que todavía hay que identificar y sanar.
Raíces
Algunas de ellas tienen que ver con fenómenos como el choque de culturas, de pensamientos y la migración actual a gran escala. Lo que ha generado en nuestras comunidades de fe, la llegada de muchos migrantes latinos quienes traen consigo muchos retos socioculturales. Es por ello que surgen situaciones difíciles, tanto para los que llegan a una iglesia nueva con diferentes costumbres y lenguas como para aquellos que los reciben. En consecuencia, se presentan algunas veces, malentendidos de comunicación y como en la mayoría de las ocasiones, omitir hablar a tiempo y guardar silencio solo da lugar a que se presenten agresiones pasivas. De ahí que muchas personas decidan abandonar la fe en Dios y en la iglesia. A modo de ejemplo y parafraseando al Dr. Bernardo Stamateas[2], traemos a colación 5 conductas pasivo-agresivas de las muchas que existen en la iglesia:
- Cuando el pastor(a) o líder(esa) lanza humor satírico o indirectas desde el sermón con el fin de provocar una ofensa en un individuo o un grupo de personas. En lugar de abordar en privado y abiertamente un tema que le causa malestar.
- Cuando el pastor(a), líder(esa) o un feligrés ignora a otro miembro de la comunidad (porque hay una ofensa no resuelta) y lo castiga con la ley del hielo (ignorarlo), aunque el ofendido le pregunta con antelación si hay algo que le cause enojo y la respuesta del otro sea negativa.
- Los pases de facturas: por algún descuido cometer un acto voluntario o involuntario de, por ejemplo, llegar tarde a una cita y ser castigado repitiendo el mismo acto por su pastor(a), líder(esa) o feligrés en una cita posterior.
- Cuando el pastor(a), líder(esa) o feligrés previamente conoce a otro miembro de su comunidad de fe y lo ignora.
- La realización de comentarios irónicos, burlones y descalificativos por parte de los feligreses hacia el pastor(a) o líder(esa) de adoración en relación al sermón, la litúrgica del servicio y la música en el servicio religioso.
Conversaciones que sanan
Estas conductas se han vuelto el pan de cada día en nuestras iglesias, generando patrones tóxicos que impiden que las comunidades de fe crezcan saludablemente. Como resultado de ello, es común escuchar a muchas personas decir «es que en tal iglesia no me quieren o me agreden». Esta es una de las causas del porqué el declive o la poca asistencia a los servicios o el bajo número en la membresía de las iglesias.
Aunque a muchos sectores no les gusta hablar de este tema, es necesario tocarlo. Es simple: hablar y expresar con respeto lo que no me gusta del otro u otra para poder abordar soluciones a esos problemas. Es vital hacerlo porque la pasivo-agresividad convive con nosotros, gústenos o no, al igual que la maleza convive con la hierba sana.
Si como pastores, pastoras, líderes, lideresas y feligreses comunes y corrientes abordamos este tema con las instrucciones sabias que la Biblia enfatiza en proverbios 25:11-28 «las palabras dichas a tiempo son como manzanas de oro con adornos de plata, para quien sabe apreciarla, una sabia reprensión vale tanto como una joya de oro muy fino tan refrescante como apagar tu sed con un vaso de agua fresca, es contar con un amigo a quien puedes confiarle un mensaje».
Y se crean los espacios adecuados donde podremos resolver nuestros conflictos internos, de esta manera, es posible vivir una paz que sea real y no meramente utópica o académica; sino, al contrario, una paz que transforme la vida de todos en comunidad y permita que cada miembro de la iglesia pueda florecer y alcanzar el supremo llamamiento al cual Dios mismo nos ha llamado. Es allí cuando la paz del Señor Jesús se vuelve una realidad tangible que se sale del sistema de odio que maneja este mundo.
[1] Daniel K, Hall-Flavin MD. ¿Qué es el comportamiento pasivo-agresivo? ¿Cuáles son algunos de los signos? Sitio web: https://www.mayoclinic.org/es/healthy-lifestyle/adult-health/expert-answers/passive-aggressive-behavior/faq-20057901
[2] Bernardo Stamateas. El pasivo-agresivo: “cómo actúa y cómo dejar de serlo” – Sitio web: https://www.youtube.com/watch?v=QJ5BLnDAuFE