por Javier Márquez
Hoy nos tomamos el tiempo de celebrar, tal vez, el avance más importante de la iglesia en los últimos dos años. La existencia de este medio, los nuevos y cada vez más frecuentes encuentros de oración, llamados a ayuno colectivo y reflexión bíblica, la reciente Asamblea de la Conferencia Mundial Menonita (CMM), es un recurso que hasta las personas mayores de la congregación usan mejor.
La reciente Asamblea General de la Conferencia Mundial Menonita realizada en Indonesia fue realizada también con cubrimiento virtual. La anterior, que fue hecha en Pensilvania, solo contó con la participación activa de quienes lograron asistir a este encuentro. Pero esta nos dio la oportunidad de participar a todos los miembros de la iglesia, siempre que tuvieran acceso a un teléfono y al internet. Así todos y todas podíamos tener la experiencia de compartir con hermanos y hermanos de iglesias de todos los continentes, con quienes sienten y viven la fe de maneras diferentes dentro de la misma iglesia.
«Seguir a Jesús juntos, superando las barreras», fue el lema de esta Asamblea y sobre la misma, Carlos Martínez escribió lo siguiente: «La Asamblea del CMM en Indonesia es rica en aprendizajes. Tiene una cara que muestra la diversidad de nuestra familia global, y otra que nos ofrece la oportunidad de mirar y experimentar la vida de las congregaciones locales. En los servicios de las mañanas y las noches uno puede estar rodeado por hermanos y hermanas de todos los continentes, y esto nos hace sentir la realidad de ser una comunidad global».
Pero más allá de este espacio, los esfuerzos por continuar aprovechando las ventajas de la virtualidad se suman por todos lados. Ya es más que grupos de WhatsApp, ahora se incluyen encuentros programados por videollamadas, foros, grupos privados de Facebook y muchas más maneras de encuentro.
MenoTicias y su proyecto de podcast Un Momento de Anabautismo, son dos esfuerzos más para tener cada vez una iglesia más nativa en los medios digitales y en los lenguajes comunicativos que el mundo va desarrollando. Hay cambios necesarios de realizar o de “subirse al tren”. Hace muchos años, tal vez siglos, pudimos estar hablando de pasar de la luz que emitía la lámpara de petróleo a la luz eléctrica, de la bestia a la mecánica o del tren al automóvil. Hoy nos movemos hacia un mundo cada vez más digital y la iglesia debe caminar con sabiduría en esa dirección.