Por Javier Márquez
En 1965 estábamos en plena Guerra Fría, Martin Luther King vivía aún, la selección de fútbol brasileña había ganado únicamente dos de sus cinco copas del mundo y mis padres aún no habían nacido. Pero en ese año arrancaba el ministerio del pastor Juan José Rivera junto con su esposa Elena, en su país de Honduras. El 6 de febrero de este año, 2022, la Conferencia Mosaico vino a Sarasota para celebrar con una especial conmemoración, en la Iglesia Menonita Seguidores de Cristo, su recorrido de años pastoreando y sembrando iglesias.
La celebración
Todos sus hijos, sus cónyuges y sus nietos acudieron a la celebración, en donde tuvieron la oportunidad de contar historias y anécdotas, cuando acompañaban al pastor Juan en su caminar plantando y ministrando en iglesias.
Quienes hemos tenido la bella oportunidad de conocer al pastor Juan, podemos decir que no tenemos que saber que contiene más de veinte mil ochocientos cinco días, que a su vez son cuatrocientos noventa y nueve mil trescientos veinte horas —y siguen sumando—, para sentir, en su sola presencia y experimentar bajo la tibieza de sus palabras pausadas, la inmensidad humana y el verdadero amor de un siervo que ha dedicado su vida al ministerio.
Ese día del aniversario recibió llamadas, además de la visita de la Conferencia, de amigos pastores que hoy lideran comunidades donde el pastor Juan pastoreó por años y que incluso también fundó. En esa carrera también se pueden mostrar buenos números, únicamente durante su periodo de ministerio en Honduras, que fue la más corta, en donde fundó más de 25 iglesias menonitas.
«Yo quiero decir que en primer lugar tantos años de ministerios significan mi forma de agradecimiento por haber conocido a Jesús. La única manera que puedo agradecer es trayendo a otras personas para el desarrollo de la obra de Dios. Tengo mis títulos académicos; pero lo más importante es el servicio. El pastoreo para mí guarda un significado muy elevado. Yo quiero terminar el ministerio con gozo, dejando un legado de servicio a los demás y velar por el bienestar de los menos favorecidos. «
«Ánimo a los pastores jóvenes que han decidido una vida de ministerio como prioridad que cuando vengan momentos de dificultad, porque estos siempre llegan, por favor nunca desmayen. La vida íntegra delante de Dios es indispensable. Olvidémonos de los sectarismos, seamos realmente seguidores de Cristo. « (Palabras del pastor Juan José Rivera).