Por Javier Marquez
ETA, es el nombre que recibe el huracán de nivel 4 que cayó con fuerza en el caribe centroamericano en las últimas semanas de noviembre. Empezó con fuerza en el sur y se fue desplazando progresivamente hacia el norte. Así el recorrido que empezó en Nicaragua fue avanzando por Honduras, Guatemala y Belice.
En cada país existen comunidades anabautistas que han quedado afectadas por la fuerza de destrucción de ETA y que a su vez han recibido un daño continuo por el siguiente huracán que ha venido sin mucho tiempo de espera luego de ETA que es el huracán IOTA.
Nos hemos podido comunicar con distintas personas de la iglesia menonita en Guatemala para saber de la situación por voz de ellos. Sabemos que muchas personas lo han perdido todo, que hay hombre, mujeres y niños sufriendo hambre y frío en estos días debido a la destrucción de los huracanes. Gracias al MCC en el país de Guatemala hemos logrado hablar con personas que han vivido toda la crisis natural de ETA y que han ayudado a algunas de las comunidades más afectadas en Guatemala.
Los ríos se han desbordado. Las personas lo han perdido todo
Teodoro Smoker es un misionero enviado desde Láncaster a Guatemala. Durante y después del ETA y IOTA Teodoro ha colaborado con la asistencia de suplementos de primera necesidad para estas comunidades llevando comida, ropa y elementos de primeros auxilios.
“Los ríos se han desbordado. Las personas lo han perdido todo, ya de por sí eran personas que vivían en situación de pobreza, ahora tienen menos que nada. La mayoría están en albergues. Cada día se inundan más las tierras, suben un metro por día”.
“Las personas con sólo ver las fotos quieren ayudar” Teodoro Smoker.
MenoTicias también se ha comunicado con la pastora Yanet Palacios, líder de la Iglesia Menonita Roca de Salvación que pertenece a la Conferencia de Iglesias Evangélicas Menonitas del Guatemala, ubicada en la iglesia de Guatemala. Yanet es una de las coordinadoras del Comité de Emergencia, una especie de organización que se activa siempre que hay una emergencia natural a nivel nacional o regional. Así sucedió desde lo acontecido en el Huracán Mitch, STAN y la erupción del volcán de Fuego.
Las personas no dan lo que les sobra, sino dan lo mejor que tienen
Este Comité, aunque modesto, alcanza niveles de éxito impresionante. Cuando se activa, que requiere de la participación de un representante por iglesia, la forma de trabajo es sencilla: todos pegan carteles con las indicaciones sobre lo necesitado para enviar las ayudas a las personas damnificadas en lugares clave de sus comunidades, estos pueden ser las puertas de las congregaciones cristianas o católicas, un parque, una restaurante, una vía concurrida, todo depende de cada sitio, y de inmediato la ayuda empieza a llegar. Lo impresionante es que la ayuda viene de todos, no solo de las personas de la congregación, sino también de las personas de otras iglesias y sobre todo de los vecinos del barrio.
“Las personas dan lo mejor que tienen. Uno les ve subiendo el barranco a las personas, y se impresiona porque uno sabe que en medio de la pandemia las personas no dan lo que les sobra, sino dan lo mejor que tienen, como la viuda de la biblia que partió en dos la harina y el aceite, ellos suben con su libra de frijol o de azúcar” Pastora Yanet.
En otra conversación, MenoTicias ha interrumpido una mañana que empezó muy temprano con un trabajo de arduo y apurada labor. Nos han respondido desde las instalaciones de su iglesia Menonita Casa Horeb la pastora Elena Bercián, pero en compañía dos mujeres que son parte de su equipo, formado a la carrera, para responder con ayudas prontas a las comunidades Quetshi. Cubiertas con tapabocas, Elena junto a las hermanas Olga Piedra Santa y Silvia Flores nos han respondido algunas preguntas.
Son más de 200 congregaciones menonitas entre las comunidades Quetshi de Guatemala, muchas de ellas lo han perdido todo, y los recursos de ayuda son limitados.
La señora Silvia nos ha descrito brevemente la experiencia de servicio: “Nos sentimos como un solo cuerpo”.
Los víveres además de comida no perecedera van equipados con ropa. Como en la comunidad Quetshi la tradición es que las mujeres vistan una falda confeccionada por ellas, que tiene una gama específica de colores, unas medidas y materiales específicos, el equipo de la pastora Elena ha tratado de enviar también el dinero de manera que no se violente esta tradición cultural.
Preservan sus lenguas históricas mayas
Otras dificultades se tienen también para establecer conexiones con estas comunidades, gran parte de ellas ubicadas en las montañas de Alta Verapaz, como lo es que no todas las personas hablan el español sino que preservan sus lenguas históricas mayas. Para lidiar con esto cuentan con pastores indígenas de las comunidades e intérpretes que constituyen un nudo muy importante en esta cadena de ayuda que empieza con la activación del Comité de Emergencia de las iglesias, a continuación de la ayuda voluntaria de personas de la comunidad y las donaciones, que sigue con el transporte –el cual en gran medida aportado por el MCC o por misioneros como Teodoro Smoker u otras organizaciones en la zona- y que sigue con los contactos en las comunidades, como ha sido Santiago Iqui, presidente de las iglesias menonitas Quetshi.
En la Iglesia Roca de Salvación se ha conformado un comité de seis personas (tres hombres y tres mujeres) para atender a los damnificados con acompañamiento psicosocial. El plan es poder aportar con tres talleres, en compañía de pastores y líderes de las comunidades, donde abordaran temas como primeros auxilios psicológicos (visión del futuro, miedos, dolores), el trauma (atención y recuperación) y resiliencia, Olga Piedra Santa explica en qué consiste este taller con una pregunta orientadora: “¿Cómo hemos superado las anteriores crisis naturales y cómo nos ha ayudado a fortalecernos?”. Se abordarán también temas como síntomas postraumáticos, duelos no concluidos y se acompañara con una guía espiritual
Para ellos representó la pérdida de TODO
Hoy las comunidades Quetshi siguen requiriendo de más ayudas. Estos huracanes que en otras zonas del país fueron no mucho más que lluvias de largas semanas, para ellos representó la pérdida de TODO. Ahora requieren ayuda con alimentación, ropa, materiales de construcción para sus hogares, atención médica, reubicación en otras tierras donde puedan sembrar y dinero para hacerlo.
La pastora Elena Bercián nos ha explicado: “vemos la mano de Dios al ayudar a nuestros hermanos y hermanan en necesidad y al darles nuestra ayuda. También al encarnar esa necesidad, al sentirla, cuando hemos nosotros también sentido hambre y frío. Por eso las personas toman incluso de lo poco que tienen para enviar”.
Así mismo las otras mujeres que estuvieron detrás de este reportaje nos han dicho las siguientes palabras:
- Él siempre está presente en lo que hacemos a favor de otr@s. el amor y la misericordia se manifiestan en forma concretas con la solidaridad de las personas. Gente que no conocemos nos buscan y ayudan- Olga Piedra Santa.
- Es bien importante describir en los rostros sufrientes de la gente el rostro sufriente de Dios y a su vez que ell@s vean en nuestros rostros el rostro misericordioso de Dios- Silvia Flores.
También Teodoro ha dicho lo suyo:
“La catástrofe también ha sido una oportunidad para quebrar muros. Lo que he visto es que todos los pueblos ayudan, en este momento no hay más esa división de indígenas, latinos o gringos. Todos están compartiendo todo”.
Ahora es nuestro turno.
Si este corto reportaje lo ha movido para colaborar con donaciones no lo dude. Puede conectarse por medio del siguiente link: