Por Adriana Celis
Benito Farján es de nacionalidad ecuatoriana, amante de la buena cocina y del trabajo duro. Su mirada refleja humildad, calidez y amor por el servicio a sus semejantes. De un trasfondo donde se le enseñó que desde muy joven debía trabajar arduamente para sustentar su vida financieramente no había otra opción, emigrar a Estados Unidos era la puerta que le abriría una nueva vida.
Apoya a su esposa en el ministerio pastoral y los negocios
A la temprana edad de 17 años decidió dejar su querido Ecuador y embarcarse en la aventura. Vive en la actualidad en Filadelfia Pensilvania con su esposa Dania Hernández y su familia. Él como buen hombre de familia apoya a su esposa Dania no solo en el ministerio pastoral de la Iglesia ‘Evangélica Menonita Peña de Horeb, sino también en los negocios para los cuales ambos laboran en común –trasportar personas que no tienen un medio de transporte y no se pueden desplazar hasta sus lugares de trabajo–. Benito es consciente de los retos que conlleva ser esposo de pastora y apoyar su ministerio en tiempos de Covid.
Tomó el curso Sanando y Avanzando
Por tal razón decidió tomar el curso virtual Sanando y Avanzando el pasado mes de agosto en el Instituto Mosaico y el Seminario Bíblico Anabautista Hispano –SeBAH– enseñado por
los profesores Luis Marco Tapia de Elkhart, Indiana y Oscar Domínguez de la Ciudad de México. En el curso Benito exploró los diferentes aspectos que conlleva ser y hacer iglesia en tiempos de pandemia. Entre los temas a resaltar el tema que más causó impacto en Benito es cómo lidiar desde una perspectiva bíblica y teológica con los traumas psicológicos que el Covid ha dejado tras su paso. Cómo cuidar de la salud mental y como desde los diversos puntos de vista de los participantes se puede aprender exponiendo de una forma respetuosa sus opiniones para aprender de todas y todos con una mente receptiva y abierta.
En sus propias palabras Benito expresa: “Yo soy sobreviviente de COVID-19, me despedí de mi familia y de mis padres que son personas mayores. En mi, el Covid dejo secuelas que solo por el poder sanador de Dios he podido superar un día a la vez.”