por Adriana Celis
A propósito del año que empezó, se suelen escuchar muchas frases alrededor de él, una de ellas es «año nuevo, vida nueva». Pero, ahora, con la llegada de un nuevo año, me pregunto: ¿Cambiaría automáticamente todo en la vida de uno mismo?, ¿un año trae realmente nuevas oportunidades como por arte de magia?, ¿qué se necesita para hacer de un año algo grandioso?
No es un secreto que, con la llegada del nuevo año, siempre se escuchan la lista de los propósitos para alcanzar, como, por ejemplo, ahora sí empiezo la dieta, voy a ir al gimnasio, conseguiré ese acenso o estudiaré tal idioma o, por qué no decirlo, haré ese viaje que he pospuesto por años, o me leeré tal libro. Lo cierto del caso es que, sea cual sea el propósito, muchas veces todos estos propósitos son fáciles de manifestarlos, pero difícil mantenerlos; pero, ¿cuál es la razón?
Una de las razones por las que fallamos en los propósitos de año nuevo, es porque como seres humanos queremos efectos inmediatos poco sostenibles, en lugar de pensar en un cambio de estilo de vida.
Sí, un cambio, una metanoia, es decir, un cambio de mentalidad. Cuando renovamos nuestras mentes y no nos conformamos con la vieja mentalidad, como lo recomiendan las sagradas escrituras, los cambios pueden llegar a ser reales y duraderos a largo plazo. En otras palabras, si estamos batallando con la pérdida de peso, es mejor realizar cambios progresivos en vez de cambios drásticos que nos van a dejar agotados y sin fuerzas, donde al final del día lo que menos se anhelaría es cuidar del aspecto físico en el gimnasio.
Sin lugar a dudas, un año trae muchos momentos y con ellos grandes oportunidades y retos, y un fresco comenzar en la vida de cada ser humano; pero, con la llegada de un año, las circunstancias de una persona no cambian como por arte de magia, ya que son las acciones las que generan la transformación y el cumplimiento de las metas.
Esperamos que este 2023 todos nuestros lectores tengan la valentía, la tenacidad y la humildad para deleitarse en Dios, en sus promesas y en lo que Él puede hacer en nuestras vidas, de acuerdo a sus términos, es decir, a su voluntad. Les deseamos un año donde se atrevan a actuar, a prepararse para ser testigos de los cambios que pueden realizar con pequeñas acciones, porque ellas generan grandes resultados.