por Letty Cortes
Unos días antes de terminar el año pasado, a mi mente venia una frase que decía un nuevo comienzo. Pasaron algunos días a principio del año nuevo (2023) y esa frase no solo estaba en mi mente, sino en mi corazón; lo que hice fue escribirla en la primera hoja del calendario de actividades y lo compartí con mi esposo Fernando y ambos decidimos pedirle a Dios que confirmara esa palabra. No entendíamos el porqué de esa frase, al paso de los días, tres personas diferentes nos mencionaron esa frase y logramos entender de qué se trataba ese nuevo comienzo.
Iniciando cada año, la iglesia de Centro de Alabanza junto con el liderazgo se ponen de acuerdo para hacer un ayuno comunitario de 21 días, siempre con la seguridad y confianza de que Dios iba a hacer su voluntad en cada una de las peticiones presentadas.
Dios nos sorprendió de una manera que no esperábamos. Ese nuevo comienzo empezó desde adentro de la iglesia, generando una transformación en el cuerpo de Cristo, sacando la basura que no permitía que fuéramos bendecidos; seguimos en ese proceso de limpieza, pero mientras vivimos ese proceso de restauración, Dios nos ha seguido sosteniendo con su inagotable amor y su gran misericordia cada día.
Hasta ahora seguimos experimentando su fidelidad; de hecho, este próximo mes de junio celebramos 14 años de servicio al público. Durante este tiempo hemos visto y vivido buenas y malas experiencias; pero sobre todo, esto nos ha llevado a mantener nuestra confianza en Jesucristo y fortalecernos más.
En Centro de Alabanza seguimos construyendo vidas nuevas; Dios sigue enviando personas de diferentes países y eso nos llena de mucho gozo y de esperanza.
Cada día que compartimos el evangelio es un nuevo comienzo para las familias que llegan a este país a un contexto totalmente diferente, pues les ayudamos en lo que está en nuestras posibilidades, pero nuestra prioridad siempre es que conozcan a Jesucristo.
Nuestro deseo como iglesia es seguir anunciando a la comunidad hispana que Dios transforma vidas, por medio de Jesucristo, la presencia del Espíritu Santo, quien les dará la guianza y fortaleza para un nuevo comienzo. No es fácil el camino, pero como cuerpo de cristo, allí estaremos para darle el acompañamiento necesario mientras le sostenemos con nuestras oraciones.
Gracias por la oportunidad que me permiten compartir las maravillas de nuestro Dios. Bendiciones para todos.