por Adriana Celis
Dar gracias o manifestar gratitud se ha vuelto una palabra de moda, no solo para aquellos que les gusta practicar meditaciones sino también en la iglesia. Vemos que las redes sociales no se quedan atrás, nos llevan a querer dar gracias. En ese mismo orden de ideas, nos quedamos con ciertas interrogantes: ¿qué significa dar gracias?, ¿por qué debemos agradecer?, y, más aún, ¿por qué los Estados Unidos celebra el día de acción de gracias ahora en noviembre?
…¡Gracias!…
Una palabra tan pequeña pero al mismo tiempo tan poderosa. Su significado es amplio y puede dar lugar a muchas interpretaciones. Por ejemplo, existe en el ámbito general la apreciación por «dar gracias», esto puede ser por la vida, la familia, la pareja, el empleo, etc.; en el ámbito social una persona manifiesta gratitud por el día, el clima, entre otros; del mismo modo, en el ámbito laboral, cuando como empleadores y empleados damos gracias, esta simple acción crea en el ser humano que recibe «las gracias» una liberación de estrés y, al mismo tiempo, motivación para seguir realizando su trabajo con pronto ánimo y motivación.
Y es que no se necesita ir a una universidad, ni tener maestría, ni siquiera cientos de certificaciones para decir gracias. Expresar gratitud constituye una forma significativa de ayudar no solo a la salud física del que lo expresa, sino también a la salud emocional del que lo recibe. Adicionalmente, es un acto intrínseco del ser humano el cual ha demostrado en la vida de quienes lo practican que genera beneficios sorprendentes para tener una vida buena y plena mientras estemos de paso por esta tierra.
Pues bien, lo cierto es que agradezcamos o no, en los Estados Unidos se celebra la fiesta anual del Día de Acción de Gracias. El pavo, (o las opciones vegetarianas para los que no comen carne animal), las familias sentadas alrededor de la mesa. El significado por el cual se debería celebrar este día debería ir más allá de la mera celebración.
Es por ello que todos los días podríamos elevar una acción de gracias a Dios por sus continuas bondades durante un año, su generosidad y fidelidad por permitirnos estar vivos con salud y bienestar.
El poder disfrutar de los alimentos, poder ver los colores de la vida y poder besar y abrazar a nuestros seres amados. Ese entonces debería ser un acto supremo de adoración hacia nuestro creador, sin lugar a dudas.