Por Adriana Celis
Fue solo necesario una decisión en la vida de Odilón Zaleta, para que todo su ser experimentará una transformación inusual. En el verano de 1993, Odilón lidiaba con un profundo vacío, pensaba continuamente acerca de su existencia vaga y efímera. Por aquellos días tan solo era un adolescente de 17 años, le gustaba sentarse sobre los bancos de cemento de la plaza Hidalgo de Matamoros, Tamaulipas- México, después de un largo día de trabajo mientras meditaba sobre su existencia, miraba sus manos que por la larga jornada del día se tornaban ásperas y pesadas. Según parece, el cansancio lo consumía, de repente, sintió la profunda necesidad de generar un cambio que lo llevaría hacia una transformación trascendental, decidido empezó a hablar con Dios. Esa tarde, de esa conversación, nació un nuevo ser cuando conoció a Jesucristo el hijo de Dios, cuenta Odilón, él nació de nuevo; esta experiencia no fue sobrenatural, ni extraña, más bien la recuerda como pacífica y reconfortante. Desde ese momento inició la búsqueda de traer contenido a su vida.
Desde su conversión, anheló con vehemente fervor estudiar la Biblia, de una manera íntima, pero a la vez formal. Fundamentalmente le apasionaba estudiar la homilética bíblica, es por eso que las puertas de las oportunidades académicas un día se abrieron para él y con mucha determinación inició estudios en teología en un instituto bíblico de la ciudad donde residía. Al llegar a este lugar todo le parecía fascinante, vibrante y acogedor para el joven Odilón, por estudiar en una comunidad de creyentes, en un ambiente donde podía tener acceso a una gran variedad de actividades tanto académicas como extracurriculares, los sueños finalmente empezaban a ser realidad para aquel muchacho.
Odilón estaba siendo forzado a tomar una drástica decisión, donde se le impuso, “si dejas tus estudios realmente no amas Dios, pero si no pagas por tus estudios, Dios no te amará porque Dios no se complace con los vagos”De repente, toda aquella admiración y felicidad, se vio opacada en un instante cuando el director de aquellaiInstitución lo llamó para informarle que no podía seguir estudiando hasta que realizará el correspondiente abono monetario sobre sus estudios, frente a lo cual Odilón se encontraba ante un dilema, continuar con los estudios o trabajar de tiempo completo para así costearlos, pero esto representaría decir adiós a la formación académica que estaba llevando acabo, pues no podía trabajar y estudiar al mismo tiempo ya que la modalidad de estudio en la que él estaba era presencial diurna. Antes tales situaciones, Odilón estaba siendo forzado a tomar una drástica decisión, donde se le impuso, “si dejas tus estudios realmente no amas Dios, pero si no pagas por tus estudios, Dios no te amará porque Dios no se complace con los vagos” por lo tanto debía de trabajar, pero si trabajaba no podía estudiar. Quizá esta fue una realidad latente de la cual Odilón no podía escapar, ante esto muchas preguntas venían ¿Quién puede determinar a ciencia cierta, que Dios realiza tales afirmaciones antes expuestas? ¿Con qué derecho, un ser humano coloca en poca estima a otro? Sin más remedio y sin poder llegar a un acuerdo racional con aquel director, Odilón tuvo que despedirse de aquella casa de estudios donde fue tan feliz por un corto periodo de tiempo.
Pareciera que la vida académica terminaba allí para Odilón, pues se cerraba una puerta para lo cual no tenía una explicación muy concisa, algunas veces hay preguntas que en la vida no tienen respuesta alguna, pero tal circunstancia aunque fue difícil, no le quitó el deseo de continuar cultivando el amor por el estudio, ya que con el mismo fervor y entrega, Odilón se siguió capacitando de una manera autodidacta, haciendo uso de la autodisciplina y de los mejores maestros, -los libros- ya que el conocimiento, como dice aquel dicho en el que se forjan las sociedades académicas, no es un bien escaso, ni rival.
El tiempo transcurrió y Odilón pasó de ser un muchacho a convertirse en un hombre, continúo sirviendo a Dios con la misma determinación que cuando estaba en sus años de joven adolescente. En el camino Dios trajo una mujer maravillosa a su vida, con la cual contrajo nupcias y conformó un lindo hogar, al mismo tiempo sintió el deseo y el llamado para abrir una iglesia, a la cual llamó Iglesia Camino de Santidad con el apoyo de la Misión Menonita. En esta misión, Odilón encontró un apoyo sin igual para capacitarse por medio del programa que ofrece el Instituto Bíblico Anabautista -IBA- el cual es un programa de entrenamiento en teología e historia bíblica para las congregaciones locales menonitas, donde con la misma pasión, ilusión y disciplina, que caracterizan a Odilón, pudo graduarse y obtener el certificado y el Diploma en estudios teológicos avanzados.
Ciertamente, aunque en la vida de Odilón, han existido muchas luchas, pruebas gigantes que ha desafiado su fe como el menosprecio del pasado, el afrontar la dura pérdida de un hijo en un accidente automovilístico, cómo no preguntarse, ¿Qué hace que personas como Odilón sigan confiando en Dios y esperando firmemente en Él? ¿Cómo se puede seguir adelante, con tantos inconvenientes? ¿Habrá alguna receta mágica, o simplemente se trata de perdonar, sanar y crecer?
Odilón decidió continuar mirando a Dios, Dios que da el poder para creer y lo imposible ver, que está en medio del silencio, de los más profundos mares de incertidumbre, quien es fácil de encontrar, el único sabio y verdadero Dios quien no conoce rival y es soberano. Aunque muchas veces, no hay explicaciones ante tales circunstancias, Odilón decidió continuar mirando a Dios, Dios que da el poder para creer y lo imposible ver, que está en medio del silencio, de los más profundos mares de incertidumbre, quien es fácil de encontrar, el único sabio y verdadero Dios quien no conoce rival y es soberano. En el mismo sentido, el pastor Odilón es la clara representación del hombre trabajador, esforzado, y lleno de perseverancia que sigue en pie de lucha, reinventándose con la profunda convicción de que todo lo que se emprende en la vida siempre se puede hacer de la mejor manera, es este el empuje que identifica la raza Latino Americana, de esta forma Odilón continúa estudiando en esta ocasión una Licenciatura con enfoque en el Ministerio pastoral, en el Seminario Bíblico Anabautista -SeBAH- que lo ha acogido con tanto respeto y cariño al ver potencial en él, por medio de Marco Güete y Violeta Ajquejay Suastequi.